La ansiedad aumenta la percepción del dolor y éste a su vez aumenta la ansiedad, lo que se convierte en una espiral de malestar. Por medio de técnicas de relajación, energéticas y/o hipnóticas se potencia una toma de conciencia de las sensaciones corporales y sentimientos asociados, lo que permite liberar tensiones y encontrar el equilibrio y bienestar interior, ayudando a que el paciente pueda salir del bloqueo que supone el dolor en su vida.